EL TORO DE LA VEGA Y LA ALIMENTACIÓN Vídeo Esta sociedad, esta estructura o como queramos llamarlo, está muy mal construida. El Toro de la Vega es solo un ejemplo mas. El ciudadano no suele plantearse nada, tiende a dejarse arrastrar por sus deseos y el entorno sin preguntarse si es correcto o razonable. El mismo planteamiento con respecto a la economía y al trabajo es absurdo, y sin embargo casi todo el mundo lo acepta. Pero hay quien despierta y con el despertar llega la indignación, la manifestación, la acción, la ilusión, y tras unas buenas bofetadas de triste realidad ante tanto bárbaro, la resignación. Solo queda las fuerzas que cada uno saque para seguir manteniendo ciertos ideales, y a esperar por si algo cambia. Este mundo no va acompasado, porque está muy desarrollado en muchos aspectos y mantiene instintos primitivos en muchos otros, de ahí que la maldad se mantenga afectando de lleno a las personas y a su medio ambiente. Con esto de los animales es un buen ejemplo, y no solo con las fiesta populares, también con el tipo de alimentación. Sentidos como el olfato y el gusto prevalece ante el sentido común, que entendido como el que juzga razonablemente las cosas, acaba siendo el menos común de todos. Restaurante de cuatro estrellas, trajes de etiqueta, comensales hablando fino, camareros de guantes blancos, cocineros de universidad, música clásica de fondo, salsas de difícil elaboración y cursi nombre, servilletas delicadas para la grasa y sangre de nuestras comisuras... Lo bárbaro no es que nos comamos un riñón de cordero, unas manitas de cerdo o los mismos testículos del toro. Lo bárbaro es no saber que tenedor usar para la ocasión. Última modificación de esta página: 20/11/16

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